Y sigo siendo el rey

Éste pareciera el país de las maravillas, en el que se perdió Alicia, o cualquiera de las islas de pesadilla en las que estuvo extraviado Odiseo. En el País de las Maravillas, una reina enloquecida por su posición, mandaba a cortar cabezas sin permitir que las instancias legales tomasen decisiones tan extremas, y aún en el juicio a Alicia, ella interrumpía para dar el veredicto pasando por encima de cualquier otro poder. En la isla habitada por la hechicera Circe, para evitar que Odiseo la abandonara (brincara la talanquera), transformó a todos sus hombres en animales domésticos, cerdos para más señas, y trató de hechizarlo a él mismo. 
Cada día nos sorprende más el quehacer político, económico y social de este país. En el afán de destruir lo que la cuarta república hizo, se está destruyendo la empresa privada, la libertad de expresión, la propiedad privada, la producción  agropecuaria y hasta la libertad de decisión y de pensamiento. 
Lo que más me angustia es que Hugo Chávez Frías presenta síntomas de creer que es Robin Hood que quita a los ricos para darle a los pobres, por tanto su accionar está perfectamente, en su mente, justificado, y muy buena parte de la población, que aún sigue ilusionada por un proyecto de cambio socio-económico-político, lo secunda en esta fantasía colectiva. La diferencia importante es que los ricos, los verdaderos ricos de este país, siguen con sus bienes intactos, ubicados bien lejos de nuestras tierras, absolutamente ajenos a nuestra realidad de país de tercer mundo y, bajémonos ya de esa nube, que no está en vías de desarrollo para nada. 
Lo que estamos viviendo en este momento es la legalización del robo, de la expropiación injustificada y de la delincuencia, la centralización del poder en una sola persona, por tanto su entronización, y la aceptación de lo inaceptable: el lenguaje soez, violento y amenazante, el maltrato, por ahora verbal, a diestra y a siniestra...  
Yo espero que cuando este pueblo despierte no sea muy tarde. No sé cuál sea la solución, pero cuando vivamos con miedo, esperando que nos toquen la puerta de la casa a cualquier hora del día, para llevarse a cualquier miembro de la familia para averiguaciones, no sea demasiado tarde  para decir YO PUDE HABER HECHO ALGO Y NO LO HICE.

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