Adiós a las vacas gordas...

Hace unos años la profesora Yomar, colega del colegio Marbe, decía que nuestras compras se estaban convirtiendo en un rally: en donde alguno conseguía los productos de primera necesidad que comenzaban a escasear, pasaba el dato al otro para que arrancara a correr a ver si llegaba a tiempo para comprar aunque fuese un paquete, un kilito o un litrico... ¡Qué barbaridad!


Nos estamos acostumbrando a vivir en una zozobra permanente. Ayer era correr porque había que inscribirse en el Registro Militar, hoy hay que correr porque pasaron el dato de la inminente escasez de leche (una vez más) y aceite. Cada mes hay un producto que desaparece de los anaqueles de los abastos, supermercados y mercados. Una vez le toca al azúcar, otra a la harina, otra vez al café y así vamos... Y cada fin de semana, a esperar que no le toque a tu familia la pérdida de un ser querido, debido a la inseguridad. Nada más la semana pasada a dos amigas les "desaparecieron" sus blackberrys, con la fortuna que a ninguna de ellas les pasó nada.
No voy a opinar sobre el gobierno. Ya no hay nada nuevo que decir, y el fin de este blog no es hablar de política. Pero, francamente, la paciencia de este pueblo es infinita o ¿será que estamos demasiado embobados por tanto gobierno inepto que hemos tenido?

Comentarios

  1. Ah, no, se me olvidó un detalle: empezó el béisbol y ya estamos es pendientes de que Tiburones perdió el juego, que los melenudos van desmechados y que el barco ya se llama Titanic en vez de Magallanes... Mientras: Exprópiese Owens Illinois...

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