Ser positivo/a




Para muchas personas es más fácil tomar el camino de la negación, el pesimismo y el autosabotaje, que impulsarse hacia sus planes y hacia sus sueños. Esto es porque dejarse caer y decirse: "¿Para qué voy a hacer esto si no va a salir bien, voy a perder, nadie lo va a apreciar, etc.?", paraliza a las personas y las hace abandonar sus proyectos.

Hay un dicho muy sabio, como todas las sentencias populares, que describe esta situación: "no cría una gallina porque hay zorro". Los riesgos están en todas partes, desde permanecer en la cama y no levantarse esa mañana por temor a colocar un pie en el piso, es un riesgo: el de quedarse inmóvil para siempre.

Nada es fácil en esta vida y todo conlleva una dosis de "peligro". Hay personas que viven de la mano con el riesgo. Son aquellas personas que descubrieron que la adrenalina de lo que hagan, les hace sentir vivos, los impulsa a continuar. Y otras, no quieren arriesgar nada, ni un milímetro de la zona de confort en la que se encuentran.

También dice otro adagio: "el que no arriesga, ni gana ni pierde". Eso es todo, no haces nada.  

¿Se imaginan si el primer hombre que usó el fuego, al quemarse por primera vez, le hubiese temido tanto que no lo hubiera usado nunca más para calentarse, para cocinar los alimentos, para hornear los enseres que hizo en barro o en cerámica, para transformar los metales...? Imagínense cómo estaríamos ahora.

Así mismo, si de niños no hubiéramos aprendido a andar porque nos caíamos o no hubiéramos aprendido a leer o a escribir porque nos equivocábamos, ¿en dónde estaríamos nosotros ahora?

¿Que hay riesgos que pueden ser demasiado dolorosos, o humillantes, o podrían dejarnos en la quiebra? Por supuesto. Enamorarse por primera vez seguramente nos llevará a nuestra primera decepción. Pero, si no pasamos por esta experiencia, no sabremos lo que es amar y no tendremos el aprendizaje necesario para futuras relaciones sentimentales. Si no pasamos por una vergüenza al no sabernos la lección o al no preparar una exposición, etc., no aprenderemos que al no ser responsables tendremos que aceptar las consecuencias. Y, mucho más grave, si apostamos todo nuestro dinero y perdemos en la lotería o en las carreras, es evidente que podemos quedar en bancarrota. Debemos aprender de todos estos riesgos: a ser comedidos, pues los excesos, en todo, son más negativos que beneficiosos, y a pensar muy bien los pasos que vamos a dar, pues no es lo mismo ser arriesgado que ser impulsivo y actuar a lo loco.

Para leer más sobre estos temas relacionados con el desempeño laboral, además del personal, te invitamos a acercarte a la página del empresario y coach Andrés Fuentes Angarita.


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